Soneto en la primera misa de Diego López Luján

Sobre el sagrario -música callada-
Santiago en un rosetón reluce
peregrino que hacia Él nos conduce
¡exulta iglesia de Pozo Cañada!

La hostia es frágil y delicada
mas en ella un milagro se produce
que Quien a humanidad se reduce
nos eleva a la Gloria anticipada.

Danos Diego siempre de este pan
y brinda con la copa del martirio
uniendo la amapola y el lirio.

Tras de tí, mar allá, otros llegarán
irán a presidir la eucaristía
con nuevo estilo, de paz y alegría.

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