Sintonías (versión cast.)
Solemnidad de Todos los Santos
En una ocasión
presenté una amiga que vivía habitualmente en China, a un amigo que acababa de regresar
a Badalona después de unos años de vivir en un país del Este de Europa.
Enseguida sintonizaron y se pusieron a conversar; después me explicaron el motivo
de su sintonía: “Cuando vives lejos de tu tierra, te fijas en cosas que antes
quizás no te fijabas, como el cambio de estaciones, la llegada del otoño, las
hojas secas…” das valor a cosas pequeñas que antes, en tu país de origen (ambos
eran catalanes) te pasaban desapercibidas ... Fue una sencilla lección de vida.
Dicen que cuando
subimos a un vagón de metro donde viaja poca gente y, disimuladamente, damos un
vistazo los demás viajeros, enseguida hay un cincuenta por ciento que nos cae bien
y un cincuenta por ciento que no. No sabemos el por qué, es una reacción
espontánea: aquellas personas no las conocemos, es la primera vez que las vemos
y, en cambio, ya las clasificamos, tal vez ya las etiquetamos por la manera de
ir vestidas o de comportarse, ya hacemos un juicio que deberíamos calificar de
temerario ... Si habláramos con ellas nos daríamos cuenta de que casi nunca hay
que fiarse de una primera impresión. Pero si además conociéramos sus vidas, tal
vez sintonizaríamos con los que nos cayeron mal, con una sintonía mucho más profunda.
Escribe mosén
Rius Camps en su comentario al evangelio de hoy en Catalunya Cristiana: “la
sintonía del Espíritu de las bienaventuranzas, traba todas las personas libres,
sin ningún tipo de vínculo ni de intermediarios”. Sí, se crea una sintonía
especial entre los que eligen ser pobres, entre los que estamos de luto, entre
los humildes, entre los que tienen hambre y sed de ser justos, los compasivos,
los limpios de corazón, los pacificadores y los perseguidos.”
El próximo
sábado, día 7 de noviembre, nuestro arzobispo, Juan José Omella, pedirá al Papa
Francisco que Joan Roig Diggle, un muchacho de diecinueve años de El Masnou,
sea inscrito en el Libro de los Beatos mártires. Xavi Prado, sacerdote mejicano
activo en Santa Coloma de Gramenet, la ciudad donde murió Joan Roig, escribe a
raíz de esta buena noticia, unas bienaventuranzas dirigidas a este muchacho,
hijo de madre inglesa, a quien mataron al comienzo de la guerra civil, por el
hecho de ser cristiano:
“Dear
John, bendito sea el tiro de gracia que te concedió el martirio por fidelidad a
Jesucristo y por tu compromiso de ayudar a otros más jóvenes que tú, en tiempos
tan confusos. Dichoso tú, joven Joan, si el testimonio de tu perdón incondicional
durante la guerra civil es capaz de influir hoy en tu iglesia local de
Barcelona, en los vecinos de El Masnou donde viviste, en los sucesores de aquellos
partidos políticos en pugna y en los gobiernos actuales.
Dichoso tú,
Joan Roig, por el amor a tu madre, a tu padre y a tus dos hermanas. Por tu
esfuerzo en el trabajo y en los estudios (…) Por ser monitor de adolescentes.
Por tu fidelidad al Evangelio, por tu afecto a la Eucaristía. Por tu sed de justicia
social. Por tu vida entera y tu bendita muerte.
Beato tú,
joven Joan Roig Diggle, mártir en Santa Coloma de Gramenet el 12 de septiembre
de 1936: loss despojos mortales (reliquias) de tu cuerpo, brutalmente
asesinado, conservaran vivo el testimonio de tu perdón, tan humano, que solo
puede ser divino.
Hoy es Todos
los Santos, es decir, la fiesta de todas aquellas mujeres y de todos aquellos
hombres bienaventurados que han amado en plenitud, cuyos nombres están guardados
en el corazón de Dios, aunque no tengan un lugar en el calendario.
Que el Señor
nos permita formar parte un día de esta gran asamblea de bienaventurados que,
espontáneamente, sintonizan entre sí porque han hecho una opción fundamental.
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